HUAWEI WATCH 5 y WATCH FIT 4 Pro: herramientas que complementan al montañista sin intentar reemplazar su instinto
En montaña, los relojes no son un accesorio más: son parte del equipo. Si estás a 4 mil metros, con clima cambiante y oxígeno limitado, tener buena información a la mano no es capricho, es supervivencia. Bajo esa lógica, algunos modelos de relojes inteligentes están empezando a colarse en la mochila de escaladores y senderistas. No como gadgets, sino como herramientas útiles.
El HUAWEI WATCH 5 y el HUAWEI WATCH FIT 4 Pro son dos ejemplos de esa evolución. No son los únicos en el mercado, pero sí han ganado tracción en la comunidad outdoor, sobre todo entre quienes priorizan métricas corporales, duración de batería y materiales que resistan el maltrato.

Datos que sí sirven cuando estás fuera de ruta
Andrés Pérez, alpinista mexicano que llegó al Everest, no se lanza sin su reloj. Según cuenta, lo que más valora es poder monitorear su saturación de oxígeno (SpO₂) en cuestión de segundos. En altitudes superiores a los 3,000 metros, eso puede ayudarte a dosificar esfuerzos y anticiparte al mal de altura.
El WATCH 5, por ejemplo, combina sensores ECG, PPG y táctiles para medir hasta 10 métricas de salud en un minuto. Esto incluye la lectura de oxígeno en la yema del dedo en menos de diez segundos. Para quienes hacen rutas exigentes o se están aclimatando, este tipo de datos puede marcar una diferencia real.
La batería también está bien pensada: 4.5 días de uso estándar, y hasta 11 días en modo ahorro. Si vas a estar lejos de enchufes, eso se agradece. Además, la carcasa es de titanio aeroespacial y el cristal es de zafiro, un material que también se usa en sensores ópticos de satélites y no se raya con facilidad.
El FIT 4 Pro: más ligero, pero igual de resistente
Para quienes prefieren un reloj más discreto y liviano, el WATCH FIT 4 Pro ofrece un enfoque más multideportivo. Integra más de 100 modos de entrenamiento y un barómetro que detecta altitud, presión y desnivel. Es útil si te interesa anticipar cambios climáticos o planificar rutas de forma más técnica.

Tiene una carcasa de aluminio, bisel de titanio y una pantalla de 3,000 nits, que se ve bien incluso bajo nieve o luz directa. ¿Un detalle menor? No lo parece cuando llevas tres horas caminando con reflejo de sol en la cara. Su grosor de 9.3 mm también lo hace cómodo para uso diario.
Tecnología útil, pero sin pretensiones
Ambos relojes comparten algo importante: no prometen hacerte más fuerte ni más rápido, pero sí entregarte información para que tomes mejores decisiones. Ni sustituyen la experiencia ni eliminan el riesgo, pero pueden ayudarte a entender mejor lo que está pasando con tu cuerpo (y con el clima) cuando ya estás en marcha.
Eso sí, como con todo, hay que saber leer los datos. Un sensor no reemplaza el criterio ni la preparación. Pero para quienes buscan algo más que un contador de pasos, ambos modelos ofrecen herramientas concretas.mplir su cometido. No son mágicos, pero tampoco son puro marketing: simplemente hacen bien lo que prometen.
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